sábado, 26 de abril de 2014

Los 5 peligros de la nueva espiritualidad

Parece que hay una explosión de webs, seminarios y terapias y similares de nueva era que presumen de ser una muestra de nueva espiritualidad. Pero no todo lo que vemos merece la pena, hay mucha cosa barata y sin valor entre las muchas propuestas que nos llegan.

¿Cómo poder diferenciar el grano de la paja? ¿Cómo encontrar lo que es valioso y diferenciarlo de lo que no tiene nada de valores?

He aquí unas pistas que pueden ser útiles:

  1. No confundir los procesos emocionales con los espirituales. Tener experiencias emocionales muy intensas no es una garantía de nada. Sólo es una demostración de que la emocionalidad se está moviendo, pero no implica necesariamente ningún trabajo de autoconocimiento espiritual o autoconciencia. A menudo hay cursos que buscan hacer sentir intensas emociones a todas las personas asistentes, pero no generan ningún trabajo espiritual útil, es una forma de generar placer, turismo emocional. No digo que sea malo, pero sí afirmo que no puede ser calificado de trabajo espiritual cuando a menudo se afirma lo contrario.
  2. Pensar que cuando un curso aborda contenidos paranormal ya está abordando contenidos espirituales. Esto no tiene porque ser así. Los fenómenos paranormales son fenómenos que no dominamos en nuestra vida cotidiana como, por ejemplo, la telepatía, ciertas formas de intuición o de conexión con el inconsciente colectivo... El hecho de que sea sorprendente y desconocido no significa que sea espiritual. Si no hay un trabajo de autopercepción de la conciencia y autoconocimiento profundo,  no podemos hablar de verdadera espiritualidad.
  3. Cuando una actividad, curso, grupo o similar está estructurado de forma que las personas que los imparten dependen económicamente de las mismas nos encontramos ante una actividad con riesgo de ser poco útil espiritualmente. El peligro es que, puesto que la persona que imparte la enseñanza depende económicamente de unas pocas personas, tenderá a adaptar su enseñanza para que les guste más y evitar el peligro de quedarse sin ingresos. Por tanto, cuanta menos dependencia tenga la persona que enseña de sus alumnos o discípulos, más probable es que la enseñanza sea más limpia y menos manipulable.
  4. La cuarta señal de alarma es el establecimiento de una dependencia emocional y moral de la figura del o de la maestra. Cuando se explica que "nosotros estamos en la verda" y "fuera están en pecado", está claro que estamos ante una señal de alarma. Los maestros espirituales no quieren separarnos del mundo, sino que quieren que despierte nuestro propio criterio y lo apliquemos; por eso evitan decirnos cómo debemos actuar sino que nos animamos a hacernos responsables de las propias decisiones. Olvidarlo es caer en el peligro del fanatismo y la falta de libertad: dos cosas totalmente contrarias a la verdadera espiritualidad.
  5. Una última señal de alarma de esta lista -que no quiere ser exhaustiva- es cuando nuestro trabajo espiritual contradice la ciencia. Hay que entender que ciencia y espiritualidad abordan campos diferentes y que se complementan. Pero cuando alguien afirma, en nombre de la espiritualidad, que ciertas enfermedades son "una plaga divina" o que tú generas tus propias enfermedades sin matices, es una señal de alarma clarísima. Está claro que todas las enfermedades tienen relaciones psicosomáticas, pero eso no significa que estén creadas por la mente. Es muy diferente. No ver esta relación suele conducir a afirmaciones mágicas y a generar una culpa totalmente inútil entre las personas que queremos ayudar .

Está claro que sería posible encontrar más peligros en temas espirituales, si crees que hay alguno que quieres comentar, no dudes en hacerlo a continuación, ¡me gustaría saber tu opinión!

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