Comentaba Vicente Merlo, escritor y filósofo reconocido, que en nuestra sociedad la espiritualidad es, hoy en día, un tabú social.
Afirmaba que en tanto la sexualidad ya se había ido normalizando socialmente, aunque pueda haber personas con dificultades de aceptación de la propia sexualidad, esto ya ha dejado de ser un tabú social (sólo hay que ver la gran cantidad de videoblogs, por ejemplo , donde la gente habla libremente sobre ella), todavía no hemos normalizado la espiritualidad.
Y esto realmente resulta extraño: ¿cómo puede ser que comentar una aventura sexual con alguien sea algo normal y, en cambio, hablar de la propia experiencia interna de plenitud, de los miedos que nos aíslan de sentirnos uno con los otros, de los caminos que seguimos para vivirnos conscienmente, etc sea mal visto y genere tensión en torno a una mesa?
La verdad es que no tengo respuesta. Y por eso escribo este artículo para preguntarte y para pedirte que dejes tu opinión y pistas para superarlo.
Pero tengo la impresión de que mientras no seamos capaces de situar el trabajo interior como un tema fundamental de nuestra sociedad, nos costará transformarla hacia un modelo más justo y consciente.
Tengo claro que, para vivir con plenitud, es necesario unificar el consciente y el inconsciente personal. De hecho, en mis cursos de Aula Interior, acompaño a las personas en este proceso. Pero me doy cuenta que también socialmente deberíamos superar el tabú a la espiritualidad, a las emociones, a la interioridad si queremos una sociedad más consciente y más justa. Estoy convencido de ello, pero dejo en el aire la pregunta a la espera de tus comentarios: ¿por qué crees que la espiritualidad es hoy un tema tabú? ¿cómo ayudar a normalizarlo?
Gracias por leer el artículo, gracias por compartirlo, gracias por comentarlo.
Hasta hace una o como mucho dos generaciones la religión católica era la manera bien vista de acercarte a la espìritualidad. Como todo lo que se impone por la fuerza, ahora vivimos el efecto rebote: vivimos el descrédito del catolicismo.Si a eso le sumamos que la Iglesia católica no se ha prodigado precisamente en ser transparente y ecuánime a lo largo de su larga historia; y,por otro lado, que en este panorama proliferan muchos falsos profetas; más que tabú, yo creo que vivimos un momento de "sálvese quien pueda" espiritual: los que de alguna manera nos sentimos llamados a mirar un poco más allá de lo que resulta obvio, de lo material, buscamos la manera de encontrar respuestas, pero sin hacer mucho ruido... la manera de abrir camino para normalizarlo es predicar con el ejemplo, en nuestras pequeñas acciones de cada día, practicar la solidaridad, por ejemplo, puede ser una pequeña brecha por la que intentar hablar con otras personas sobre lo espiritual y contribuir así a unificarnos con la espiritualidad que forma parte de nosotros. En mi opinión más que tabú es ignorancia.
ResponderEliminar