Cuaderno del Sherpa

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jueves, 9 de octubre de 2014

El cuadrante del éxito en la empresa: cómo hacerse inmune a la crisis


El éxito empresarial aparece inevitablemente cuando se dominan, a la vez, cuatro áreas concretas. Es lo que hemos denominado “El cuadrante del éxito en la empresa”.

A continuación le explicamos y desarrollamos estas 4 áreas, no obstante, también le invitamos a recibir esta información de forma ampliada a través del vídeo-curso “El cuadrante del éxito en la empresa”, en la plataforma CAMPUSDANIELGABARRO.com, haciendo click aquí.

PRIMER CUADRANTE: Dominar el interior del negocio (todo aquello que enseñan las escuelas de negocios).

El primer cuadrante requiere que todas las piezas que conforman el interior del negocio funcionen bien, de forma automática, perfectamente prevista. Cuando el negocio puede funcionar sin su presencia entonces hemos dominado el primer cuadrante. Si el negocio necesita de su presencia para funcionar, entonces no tenemos un negocio sino que somos propietarios de nuestro puesto de trabajo, tenemos un autoempleo. Dominar el primer cuadrante evita este error y facilita que el negocie funcione perfectamente sin nuestra presencia física constante.

Este primer cuadrante requiere tener por escrito un plan de empresa totalmente práctico. A menudo perdemos el tiempo en planes de empresa tan teóricos que nos son inútiles en el día a día.

Necesitamos planes de empresa breves, concisos y útiles. Si no podemos recordar nuestro plan de empresa quiere decir que no es posible seguirlo, que solamente es algo teórico e inútil. Por lo tanto, necesitamos un plan de acción lo bastante claro, breve y concreto como para tenerlo siempre en mente. Solamente así no nos desviaremos nunca de nuestro objetivo. Esto es evidente, pero muchísimas empresas no lo cumplen.

Los tres ejes claves del primer cuadrante son:
1.- La misión y la visión que motiva la empresa y la hace útil a la sociedad.
2.- La buena gestión de los equipos de personas implicadas.
3.- La automatización del proceso para tener un negocio en lugar de un autoempleo.

SEGUNDO CUADRANTE: El conocimiento profundo de la sociedad, sus cambios y sus características actuales.
Cuando la sociedad cambia, los negocios deben adaptarse o fracasarán. Actualmente vivimos una época de cambios intensos y muy rápidos, de manera que este cuadrante tiene una importancia muy superior a la que tenía hace apenas un decenio.
Es imprescindible adaptarse a los cambios cuando se producen. Muchos negocios mueren porque no saben adaptarse a los cambios sociales, especialmente ahora que estamos inmersos en un momento convulso de gran transformación y a gran velocidad. No estamos viviendo una crisis económica, sino que estamos delante de una verdadera transformación del sistema productivo: una nueva sociedad está naciendo y hay que saber entenderla. 

TERCER CUADRANTE: El liderazgo consciente, íntimamente vinculado con el autoconocimiento porque, si yo no me conozco a mí mismo/ no podré liderarme y, por lo tanto, tampoco podré liderar ningún proyecto.

Este tercer cuadrante es fundamental y, sin embargo, las formas de dominarlo no se enseñan, de momento, en ninguna universidad, ni escuela de negocios de forma sistemática. Pero si queremos dominar el exterior necesitamos dominar nuestra mente. Existe una relación directa entre el autoconocimiento y el éxito externo porque, cuanto más me conozco y me domino, más puedo conocer y dominar el exterior. Mientras yo no me lidere, no podré liderar nada externo y mi negocio pagará las consecuencias. Por lo tanto, dominar este tercer cuadrante es fundamental. Podemos hacerlo conociendo la topología de mente y abordando un trabajo voluntario de autoconocimiento. 

CUARTO CUADRANTE: Las leyes naturales, entender que la realidad no es mágica y obedece a unas causas, para investigar el origen profundo de dichas causas y asegurarnos el éxito.
Toda la realidad -y las relaciones entre las personas forman parte de la realidad- obedece a leyes que, al margen que se conozcan o se ignoren, la afectan y conforman. Es imprescindible conocer y dominar las leyes naturales y, en especial, las que tienen relación con las leyes psicológicas grupales y las leyes de las interacciones humanas para ir a su favor, en lugar de ir en su contra. Si, en nuestra aventura mercantil, ignoramos estas leyes y las rompemos, pagaremos las consecuencias inevitablemente. Conocer las leyes naturales e ir a su favor puede ser la diferencia entre una experiencia exitosa y un fracaso rotundo.

Le invitamos a profundizar en estas cuatro áreas, pues estamos convencidos de que el dominio de las mismas encaminará a su empresa o empresas al éxito empresarial inevitable, la hará inmune a la crisis. Puede hacerlo en la plataforma CAMPUSDANIELGABARRO.com

martes, 7 de octubre de 2014

Avispas, felicidad y vida cotidiana

¿Cómo vivir con felicidad los dolores de la vida? ¿Cómo darme cuenta que cualquier evento de mi vida es una llamada al despertar? ¿Cómo optar por la felicidad cuando el cuerpo nos duele o cuando nos suceden contratiempos? ¿Cómo dejar de confundir la verdad con lo que ha ocurrido? 

Y la pregunta fundamental: ¿Cómo puede todo lo anterior llevarnos a vivir felizmente cada día?


Actuar con fuerza y sin forzar

Mi tarea es ayudar a las personas a vivir con mayor conciencia y, como consecuencia, ser felices. Por eso escribo este artículo: para ilustrar como la vida cotidiana es una oportunidad continua para ello: para incrementar la conciencia y la felicidad.

Estoy de vacaciones. Mi última tarde. Paseo por la riera de Cambrils acercándome a la playa para dar un paseo de un par de horas. Voy con mi marido y mis suegros. El sol de septiembre es hermoso y calienta con fuerza pero sin forzar (pienso que, quizás, debería aprender de él: actuar con fuerza y sin forzar...). Boira, nuestro perro, corretea feliz bastante ajena a su artritis crónica. Llevo la correa de Boira atada a mi cintura para dejar libres las manos.

De repente, siento un aguijón de avispa clavándose en mi abdomen. Duele. Arde. Una avispa ha quedado atrapada, en un gesto involuntario, entre la correa y mi barriga. Ha decidido picarme. Su aguijón se ha clavado, decidido, en mi carne. ¡¡Duele!! ¡Caramba cómo arde!

Veo como la avispa marcha, creo que también herida. Me saco el aguijón. Duele, pero dejarlo dentro es peor. Me agacho para ponerme barro. Bendigo la tormenta de ayer: hay un charco a menos de dos metros. Me siento feliz por la lluvia torrencial de ayer. Me unto la herida de barro fresco, mientras siento el dolor como si tuviera en la picada un corazón palpitante.


Cotidianidad y crecimiento interior

Y ahora llego el núcleo de lo que quería explicaros:

Aunque ignoro el motivo por el que me he hecho correspondiente para que una avispa me picara, decido que el este evento no va a quitarme ni una pizca de mi paz y mi felicidad. Decido que voy a usar este evento para seguir trabajando mi conciencia y mi paz.

Miro con ternura hacia donde la avispa ha marchado volando a trancas y barrancas y le deseo lo mejor. Imagino que morirá con prontitud (creo que les ocurre eso tras picar) y le deseo que, si es el caso, se reencarne felizmente en lo que sea.

Decido que este evento no va a quitarme ni una pizca de felicidad. Dirijo mi atención al dolor en mi barriga y recuerdo que existe una medicina que trabaja, precisamente, con abejas y avispas. Las hacen picar en sitios concretos para estimular los meridianos a similitud de la acupuntura. Así que sonrío y me digo: ¡a ver si este es el meridiano que tenía que estimularse hoy!

La felicidad es una decisión. Ante cualquier evento podemos decidir pensar cosas positivas o negativas. Ambas son ciertas para quien las piensa. Pero el resultado es totalmente distinto.

Pensar que la picada de una avispa es, además de dolorosa, muy mala suerte es una opción. Pensar que, aparte del dolor, es una oportunidad para bendecir a la abeja y al cuerpo que usamos, es otra opción. Ambas son objetivamente ciertas.

Sería absurdo pensar cosas falsas, pero ambas opciones son objetivamente ciertas. Yo opto por las que no me quitan la paz interior y me llenan de amor.

Mi decisión es mantener únicamente en mi interior pensamientos que me ayuden a ser feliz. No deseo engañarme, ¡sería absurdo! Pero me niego a pensar cosas que me hagan desgraciado. ¡Todavía sería más absurdo! ¡Además de vivir una picada, dedicarme a pensar cosas que me hagan desgraciado! ¡Menudo absurdo! Reitero que la felicidad es una decisión. Así que me sonrío y mando amor a mi herida y a la avispa.

Al llegar a casa tras el paseo, la picada es una pequeñísima marca roja que solamente duele si la toco o si realizo algún movimiento concreto. Me sonrío de nuevo y le agradezco a mi cuerpo su sabiduría. Me niego a pensar otras cosas que, aunque también posibles, me llenarían de dolor.


Sobre la verdad y los hechos

Creo que muy a menudo confundimos la narración de los hechos que nos ocurren: he tenido un accidente, he perdido una oportunidad de negocio en mi empresa... con la verdad. Los eventos no son la verdad. Los hechos no son la verdad. Solo es una narración de lo ocurrido.

La verdad es algo más profundo que se encuentra tras los hechos. La verdad es que una avispa te puede ayudar a amar el cuerpo que usas recordándote que no lo eres. La verdad es que una avispa puede ayudarte a comprender que todos los seres nacemos y morimos. La verdad es que una avispa puede ayudarte a recordar que el propósito de nuestra vida es ser felices y no perder la paz interior... Los hechos son solamente anécdotas que pueden ayudarte, o no, a vivir la verdad. Pero confundir los hechos, lo que ha ocurrido, con la verdad es tan erróneo como confundir la tinta de este artículo con lo que realmente explica.

No sé si la reflexión os habrá sido de ayuda. Ya veis: un artículo sobre algo sencillo, porque la vida es sencilla y nos anima a ser felices siempre y en toda ocasión. La espiritualidad y la felicidad no es algo que encontraremos en el futuro, sino algo que ya da sentido ahora a todos y cada uno de los momentos de nuestra vida.

Antes de terminar con este artículo os quiero proponer un breve ejercicio:

1.- Cuando te ocurra un hecho, recuerda que el hecho no es la verdad en sí. Recuerda que el hecho solamente es un evento. La verdad del hecho es el significado profundo del mismo, el aprendizaje del mismo.

2.- Si has tomado la decisión de ser feliz, puedes bendecir todos los eventos como una forma de recordarte lo importante de la vida.

3.- Intenta buscar el profundo aprendizaje que puedes obtener de lo que te está pasando, sea lo que sea: un accidente, un abandono, una muerte, una enfermedad, una crisis económica, una traición...
Pregúntate: ¿qué me enseña de realmente útil para incrementar mi felicidad y mi paz interior?

4.- Decide pensar lo que te llena de paz y de amor. Niégate a pensar lo que te llene de dolor.

5.- Sabrás que lo que piensas es la verdad, cuando sientas libertad, paz y amor dentro de ti. Entoces   sabrás que piensas de forma correcta y entenderás dos frases muy mal comprendidas del evangelio: "la verdad os hará libres" y "buscad el reino de Dios y el resto se os dará por añadidura". Porque la verdad no es el evento en sí, sino el aprendizaje que me libera del dolor y el sufrimiento y me da felicidad. Y porque, en la verdad se halla el reino de Dios (y no en un cielo prometido futuro, sino en el aquí y ahora) y al vivir así, la cotidianidad todo toma sentido.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Diferenciarse, una de las claves de la visibilidad


Por poner un ejemplo sencillo de lo que entendemos por “visibilidad”, les hablaré de Uruguay, un pequeño país latinoamericano de tan sólo 3 millones de habitantes.

Sí, son sólo 3 millones de habitantes, menos que la ciudad de Madrid (3,2 millones), menos de la mitad que Cataluña (7,5 millones), y tan sólo son el 6,3% de la población total de España. De hecho, son el 0,04% de la población mundial.

Y sin embargo, el espacio mediático que ha ocupado Uruguay en el último año ha sido muy superior al 0,04% que le correspondía. Sí, todos y todas hemos oído hablar mucho de Uruguay últimamente, ha estado muy presente en los principales medios, españoles e internacionales. Periodistas de todos los rincones del mundo hacen cola para visitar el país y entrevistarse con su presidente, pero…

¿Por qué tiene de repente tanta repercusión internacional? No es un paraíso fiscal, como Luxemburgo o Suiza. No es una potencia económica. Tampoco ha sufrido catástrofes recientes, como Malasia con sus aerolíneas. Su equipo no ha ganado el mundial de fútbol, ni están inmersos en un conflicto… ¿Qué justifica tanto interés del público?

Porque actúa diferente a todos los demás. De repente, personas de todo el mundo lo observan, algunos con simple curiosidad, muchos con afinidad, otros con desacuerdo, o con desconfianza, incredulidad… ¡pero el mundo les mira!

Independientemente de la afinidad o no que se sienta con las fórmulas de gestionar un país, lo cierto es que dichas fórmulas son potencialmente novedosas, no sólo en Latinoamérica, sino a nivel mundial. La capacidad de innovar (con muy pocos medios), los sitúa en el mapa con mucho más peso del que objetivamente tienen.

¿Y qué repercusión tiene todo esto en el país? Más turismo, más conexiones, más aliados, más inversiones, más negocios, más futuro.

¿Qué repercusión podría tener para nuestra empresa que el público pusiera el foco en nosotros y nosotras porque les produce sorpresa nuestros productos y/o servicios? ¿O la forma de ofrecerlos? ¿O nuestras políticas de empresa? ¿O nuestra forma de tratar a los clientes? ¿O simplemente un pequeño detalle significativo?

A veces, con muy poco, podemos conseguir que mucha gente hable de nuestros productos, servicios, locales… atrayendo así la atención del público. Diferenciarnos de forma meditada y explícita es fundamental para crecer y tener éxito.

¿En qué son ustedes realmente diferentes?