
Me explicó un diseñador y publicista madrileño que allá
por el 2008, cuando la crisis comenzó a golpear el empleo y él, junto con otros
100 compañeros fue despedido de la flamante agencia donde trabajaba, decidió
iniciar su primera aventura empresarial.
En el céntrico barrio de Prosperidad, el abundante
comercio comenzaba a asfixiarse. Hablamos de un barrio pequeño donde había
afincados más de 1500 comercios. Atravesado por la popular calle...